La CND en el Real: una compañía en desarrollo

Desde que llegase José Carlos Martínez a la dirección artística de la Compañía Nacional de Danza, el objetivo siempre ha estado puesto en crearse  una compañía versátil capaz de bailar una noche El lago de los cisnes y al día siguiente un Kilian. Ya desde sus primeros programas, Martínez ha tratado de incluir en el repertorio de la CND nuevas piezas de corte clásico, incluyendo ya el año pasado Who cares? de Balanchine, Raymonda divertimento, Tres Preludios de Ben Stevenson o Sonatas del mismo Martínez.

En esta ocasión, y tras la polémica generada en torno a la supresión del pago de las horas extraordinarias, la compañía presentó en el Teatro Real un nuevo programa donde trataban de ofrecer una clara visión de la evolución en la que se encuentra inmersa. Con coreografías de Mats Ek, George Balanchine, William Forsythe y el propio director artístico de la compañía José Carlos Martínez, se trató de demostrar esa transición hacia una compañía “híbrida” donde tanto clásico como contemporáneo tengan un hueco.

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La primera parte de la velada estuvo compuesta está por Allegro Brillante de George Balanchine, con música de Piotr Ilich Chaikovski. Esta pieza de gran clasicismo demostró perfectamente la situación de la compañía, y es que aún siguen en pleno tránsito hacia un estilo puramente clásico. Los bailarines tuvieron un buen acercamiento al estilo Balanchiniano, pero tal vez les faltó un poco más de energía ya que el escenario en momentos se les quedaba un tanto vacío.

A esta pieza le siguió Delibes Suite de José Carlos Martínez. Sobre la música del compositor francés Leo Delibes, Martínez ha coreografiado un paso a dos dentro de la tradición clásica (adagio, variación del bailarín, variación de la bailarina y coda), donde los bailarines Yae Gee Park y Anthony Pina brillaron, demostrando una gran destreza técnica y un gran control, siendo este un punto de inflexión en la velada.

Y es que tras el descanso llegó la emblemática coreografía de William Forsythe In the middle, somewhat elevated y con ello el ambiente se caldeó, la atmósfera templó en la sala, y los corazones comenzaron a batir al ritmo fascinante de la partitura de Thom Willems. Los bailarines brillaron con la coreografía de Forsythe e hicieron que esta brillase, sacando lo mejor de esta y demostrando una energía, bravura y control de la técnica, que hizo que fuera realmente la mejor sección del programa. No hubo ninguno de los participantes que no sacase lo mejor de sí y no dejase al público boquiabierto, destacaron sobre todo Noellie Conjeaud, Kayoko Everhart y Eugenia Brezzi, y entre los hombres destacaron Esteban Berlanga y Álvaro Madrigal.

Como guinda a la noche, Casi-Casa coreografiada por Mats Ek puso fin a la velada con una pieza contemporánea y un guiño a la vida diaria. Una coreografía que utiliza elementos escénicos como una puerta, un sofá o un horno que no abandonan el escenario en ningún momento y que refleja la monotonía del día a día.

La Compañía Nacional de Danza aún tiene que depurar se técnica clásica, y más si se quiere deleitar al público con una coreografía de George Balanchine. Pero eso sí, los bailarines demostraron una gran versatilidad y adaptabilidad a los diversos estilos que se trataron durante la función. Una cosa queda por decir, esta compañía está avanzando a pasos agigantados hacia el sueño de todos los aficionados a la danza, y es el conseguir tener una compañía nacional donde haya cabida para todos los estilos, y poco a poco y con paciencia ese objetivo se va logrando.

 

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Los bailarines de la Compañía Nacional de Danza en pie de guerra

Hace unos día el director del INAEM Miguel Ángel Recio, mantuvo una reunión con todos los directores de las unidades artísticas y les comunicó que en la nómina de este mes no aparecería retribución alguna por horas extras y que la compensación sería en horas de descanso.

Los Bailarines de la Compañía Nacional de Danza han decidido no realizar horas extraordinarias a cambio de tiempo libre ante la negativa del INAEM de abonarles estas horas por haber cumplido el máximo de 60 anuales, y así lo comunicaron ayer en esta carta al directo de INAEM, Miguel Ángel Recio.

Viendo la situación en la que nos encontramos, cada vez se ve más lejano el estreno de la Compañía en el Teatro Real el prócimo 24 de mayo que tal y como ya avisó José Carlos Martínez “Es difícil saber si vamos a llegar al estreno aunque estamos haciendo todo lo posible para que así sea. Tener aquí a Ek y a Ana Laguna es un momento muy importante para la compañía”.Además añadió que “esto traerá graves problemas para el desarrollo de cualquier gira”.

The Winter’s tale: una joya del siglo XXI

Tras más de 20 años sin que el Royal Ballet estrenase ningún ballet narrativo de velada completa, en el año 2011 se estrenó Alicia en el País de las Maravillas del coreógrafo británico Christopher Wheeldon. En aquella ocasión nos encontramos con un despliegue tecnológico impresionante, que básicamente fue lo más llamativo de toda la producción que coreográficamente dejó frío a más de uno.

Esta vez Wheeldon ha querido ser más ambicioso y trató de adaptar el clásico de Shakespeare Cuento de invierno, aunque esta vez ha sido muchísimo más acertado que con su producción previa para el Royal Ballet. El pasado 1 de mayo tuvimos la oportunidad de poder disfrutar de este estreno mundial en directo en la Royal Opera House de Londres.

De la mano del mismo equipo artístico que con Alice’s, partituras de Joby Talbot y vestuario y escenografía de Bob Crowley, Wheeldon nos cuenta la historia de un hombre que destroza su familia cegado por los celos. Con un cast que requería 6 bailarines protagonistas, The Winter’s tale se ha convertido en una delicia para poder disfrutar en una misma velada de tantos bailarines principales del Royal ballet.

Hemos de decir que Edward Watson estuvo más que deslumbrante en el papel de Rey Leontes, haciendo totalmente creíbles los ataques inexplicables de celos, el maltrato y humillación a su esposa Hermione y posteriormente una tristeza y desesperación al darse cuenta de lo que había conseguido. Watson ya había destacado en papeles con una gran carga dramática como Mayerling o Metamorphosis, pero en ocasión supera a toda interpretación previa, convirtiéndose básicamente en Leontes y no en un bailarín haciendo de rey.

Por otro lado debemos hablar de Lauren Cuthbertson, cuya actuación fue también memorable. Esta bailarina británica, que es considerada como el futuro del ballet británico, ha madurado muchísimo en estos dos últimos años y eso se nota al ver a esa Hermione que trata de sobreponerse y convencer a su marido de que no ha cometido adulterio.

En el papel del Rey Polixenes tuvimos la mala suerte de que Federico Bonelli a última hora se lesionase, lo que provocó que un papel de tal calibre, finalmente e inconscientemente fuera relegado a un segundo plano debido a la falta de interiorización del rol por parte de Valeri Hristov.

Tras un prólogo y primer actos oscuros, con unas músicas más cercanas a las melodías de Hitchcock y psicosis, lo que creaba la atmósfera idónea para el estado anímico de Leontes, en el segundo acto cambiamos radicalmente de escenario y viajamos a un mundo pastoral alegre y dulce.

En esta ocasión nos encontramos con Sarah Lamb y Steven McRae en los papeles de Perdita y Florizel respectivamente. Ambos parecían una pareja típica de cuento, ella una muñequita de tez prefecta y él como su perfecto partenaire. En sus múltiples variaciones McRae desprendió el encanto y fuerza que le caracteriza, mientras que la americana Lamb fue todo dulzura y delicadeza.

También es muy remarcable la actuación de dos de las futuras grandes estrellas de la formación inglesa Beatriz Stix-Brunell y el italiano Valentino Zuchetti, que como pareja principal de pastores desprendieron una gran energía y pasión a lo largo de todas sus apariciones. También cabe hacer mención a Zenaida Yanowski que estuvo espléndida en el papel de ama de llaves, demostrando una gran poderío y presencia en todo momento que estuvo sobre las tablas.

La coreografía de Wheeldon, en mi opinión, es la mejor que ha hecho hasta ahora, mostrando a través de un lenguaje totalmente clásico las diferentes personalidades y uno de los sentimientos más difíciles de expresar mediante movimiento: los celos. Además tiene pasos a dos como el del tercer acto entre Leontes y Hermione, que recuerdan claramente la estructura y pasión de los de Kenneth Macmillan y trayendo a nuestra memoria también el paso a dos del cuarto acto del Lago de los Cisnes. El paso a dos con ambos personajes vestidos de color claro y en el que Hermione trata de perdonar a Leontes, fue toda una obra hecha poesía, con sufrimiento, decepción desesperación y finalmente felicidad y reencuentro.

Podemos decir que esta producción única de The Winter’s Tale ha de permanecer (y seguramente lo haga, al gran éxito entre público y críticos), con una coreografía madura y especialmente expresiva, una escenografía perfecta (ya que se limita al mínimo número de elementos , tanto en vestuario como escenografía) y una partitura hecha a medida de la obra. The Winter’s Tale, representada por los bailarines idóneos se convertirá en el clásico de los clásicos del siglo XXI. Felicidades al Royal Ballet por esta gran adquisición al repertorio.

¡Por cierto! si os interesa existe una grabación completa del ballet por el 1ª cast (del que hemos hecho la crítica) realizada el pasado 28 de abril en la página Balletoman.com

Tamara Rojo: “El ballet es el arte más democrático que existe”

Ayer domingo por la mañana con motivo del estreno del ballet Le Corsaire, y gracias a la colaboración del British Council, pudimos acudir a un encuentro con Tamara Rojo. Tamara Rojo es la directora artística del English National Ballet y su entrevistadora fue Elna Matamoros.

El encuentro consistió en una entrevista realizada por Elna Matamoros con una posterior ronda de preguntas del público. El escenario en el que se llevó a cabo el acto fue el propio de la obra El Corsario del que se puede ver un ejemplo del magnífico decorado en la imagen que acompaña a este artículo.

A lo largo de toda la charla Rojo le ha dado una gran importancia el esfuerzo y al estudio para ganar técnica y especialmente para ser autodisciplinado. Aunque la disciplina no es suficiente y así ha puesto mucho énfasis en que la necesidad de complementar la formación con lecturas y estudios variados para conseguir un conocimiento y una perspectiva más global.

Antes de la última representación del ballet Le Corsarie, la bailarina Tamara Rojo, dijo que “Hemos venido perdiendo dinero, venir a España no es algo sostenible que podamos hacer todos los años, por eso espero que alguna empresa privada nos apoye”.

Ante un público entregado, en el que había amantes de la danza, estudiantes de ballet y otros profesionales de este arte, Rojo ha confesado que, para traer Le Corsarie a España, buscó el apoyo económico de empresas españolas, pero todas les dijeron que no. “En Inglaterra hay más mecenazgo que patrocinio, es una cuestión beneficiosa para las empresas porque es un cambio, nosotros les damos nuestro prestigio social y ellos nos dan su dinero”, especificó la bailarina sin dejar de hacer referencia al apoyo financiero que recibe el English National Ballet del banco ruso Alfa-Bank.

Pese a no contar con el apoyo económico de empresas españolas, la directora artística de esta formación inglesa, a la que ha calificado como una “compañía pequeña de aspiraciones muy grandes”, ha reconocido con rotundidad que “siempre me he sentido muy querida por el público español”, y ha afirmado que siempre he recibido un gran apoyo por parte del público español, siempre que he venido a mi país me han recibido con los brazos abiertos”, “pero solo el publico” apostilló con una sonrisa.

Respecto a la salud que goza la danza en España, la artista cree que “ahora mismo las cosas no están tan mal, hay un director de la Compañía Nacional, José Carlos Martínez, que lo está haciendo bien con los recursos que tiene”. Además recalcó algo que lleva diciendo que es la necesidad de buscar una mayor transparencia y además crear un Consejo de las Artes que tal y como declaró, “fuera independiente de los gobiernos, para que se pueda mirar la danza a largo plazo”.

Rojo ha apuntado también que su “futuro profesional está en el Reino Unido por un plazo muy grande”, país donde lleva 17 años como bailarina, y 18 meses al frente de la English National Ballet. Respecto a su faceta como bailarina y como directora artística de esta compañía, ha contado entre risas que lo más duro son las cenas a las que tiene que acudir, aunque es consciente que tiene que ir porque las organizan los mecenas.

Agradecida a sus maestros, entre los que están Lola de Ávila o Víctor Ullate, la bailarina ha expresado que España “aún está a tiempo para crear un estilo propio de danza” y que la falta de una escuela estilística unificada es lo que convierte a los bailarines españoles en artistas tan versátiles, “Un arte hay que esparcirlo, es necesario hacer trabajo social y conseguir hacerlo parte de la cultura de una país, pero para hacer eso también es necesario el apoyo de las instituciones”. Concluyó diciendo que un bailarín perfecto es aquel que aún técnica con cultura y aseguró que en su carrera profesional la técnica se la dio España y la cultura el Reino Unido.

Acabó su ponencia con declarando que “El ballet es el arte más democrático que existe, porque es el arte que abre sus puertas a niños de todas clases sociales, que les da la oportunidad de llegar a ser estrellas vengan de donde vengan, y que además es transportable al mundo entero, porque tiene un lenguaje internacional”.

Por último añadió que ” Es algo que debemos recordar siempre, que no estamos haciendo ballet para unos pocos, ni para unos privilegiados que saben más que los demás, o tienen más que los demás, sino que es el arte más humano y al que todo el mundo debe de acceder”.

El English National Ballet arrasa en Madrid

El English National Ballet aterrizó en Madrid esta semana para deleitarnos durante 4 días de su flamante nueva  producción de Le Corsaire. Desde hacía ya semanas colgaba en los Teatros del Canal el cartel de no hay localidades para ninguna de las funciones programadas. El pasado sábado 26 tuvimos la oportunidad de disfrutar de una de estas funciones, encabezada por la estrella internacional de origen madrileño Tamara Rojo. Le corsaire es un emocionante ballet sobre Conrad, un intrépido pirata, y su amor por Medora, una hermosa muchacha del harén. Es una obra de capa y espada sobre doncellas cautivas, ricos sultanes, secuestros y rescates, intenciones ocultas y traiciones, que culmina en un naufragio.

Para esta producción de Le Corsaire, la única que se ha realizado hasta ahora en el Reino Unido, se ha tratado modernizar y actualizar esta joya del siglo XIX. Para ello han contado con la coreógrafa Anna-Marie Holmes y con el destacado Bob Ringwood, encargado de vestuario y escenografía, que ha trabajado en películas como Troya, Batman o Star Trek.

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Tras más de 50 funciones en menos de 3 meses, esta producción ha cosechado grandes críticas entre los profesionales y el público británico. Se ha de decir que nos encontramos ante una escenografía y vestuario realmente opulento, exotismo y cristales de swarovski, que parece increíble que se haya podido crear con un presupuesto de 800.000 libras. Pudimos adentrarnos en el corazón de un bazar con una particular Santa Sofía al fondo, mientras que también hubo una reproducción del Taj Mahal en otra de las escenas y una cuidada cueva de piratas con un precioso y romántico claro de luna.

Centrándonos más en el aspecto interpretativo, tenemos que decir que Tamara Rojo estuvo pletórica, con un papel que pareció hecho a su medida (a pesar de que se le empiecen a notar los años en los grand Jete) plagado de diagonales con multitud de giros y piruetas en los que parecía que nunca iba a parar. Además mostró un gran liricismo y expresividad, y disfrutó de la actuación, a diferencia de cuando le “toca” convertirse en una princesa cualquiera. Con Medora, Tamara Rojo trata de sacar todo su carácter y sensualidad para darle una mayor profundidad psicológica al carácter.

Como Conrad, el partenaire de Rojo, nos topamos con un nervioso Junor de Souza en un estreno en el papel, hemos de añadir que tras un primer acto donde el brasileño no acabó de atinar, los dos siguientes actos los acabó salvando y acabó haciendo un buen papel. También tenemos que destacar la gran actuación de todo el cuerpo de baile, sobre todo el masculino ya que estuvieron sobresalientes, entre ellos un Max Westwell mucho más maduro y con una gran potencia de piernas en el papel del bandido Birbanto.

Cabe hacer una mención especial al cubano Yonah Acosta que consiguió enfervorecer al público con su variación del Pas de Trois del segundo acto. En esos instantes, el teatro pareció más un estadio de fútbol en plena ebullición más que una sala donde se estaba llevando a cabo una actuación. Tras un imponente Pas de Trois entre Tamara Rojo, Junor de Souza y Yonah Acosta, se les sumaron las potentísimas variaciones de cada uno de los protagonistas, todo ello con una potentísima coda como colofón a la fiesta de virtuosismo y técnica que acababa de vivir el público.

Con relación a las mujeres, Shiori Kase hizo un papel más que memorable, demostrando una gran rapidez de piernas y potencia de salto. También fue muy destacable la actuación de Lauretta Summerscales en el papel de tercera odalisca, que dejó a todo el público anonadado con su brillantez y limpieza técnica.

Solamente hay algo que no acaba de cuadrar en esta producción, la escena del Jardin animé en la que no se si fue por haber una escenografía más sencilla o un cuerpo de baile no muy abundante, que no acabó de cuajar. Por lo demás esta producción tiene todos los ingredientes necesarios para convertirse en el primer Le Corsaire british y que permanezca en el repertorio del English National Ballet. Además tenemos que mencionar que el nivel técnico-artístico de esta compañía ha aumentado exponencialmente en muy pocos años y poco a poco está dejando de ser la hermana pequeña del Royal Ballet para convertirse en una compañera al mismo nivel.

¿Cómo se presenta la próxima temporada de ballet 2014 / 2015?

Marzo es el mes por excelencia durante el cual se va anunciando las diferentes programaciones de la temporada escénica venidera, 2014/2015 se presenta como una temporada de vuelta al clasicismo y de apuesta por los talentos coreográficos imperantes como Wayne McGregor.

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Hemos analizado la programación de dos de las compañías de ballet más importantes del panorama mundial, el Royal Ballet de Londres y el Ballet de la ópera de París, para ver que nos ofrecen este próximo año. Para empezar tenemos que decir que está será una temporada de estreno y cambio en la formación parisina, ya que su directora artística durante más de una década Brigitte Lefèvre dejará el puesto en manos del archiconocido coreógrafo de la película Cisne Negro, Benjamin Millepied. Millepied entra con fuerza y aire renovador, ya que ha preparado una temporada donde vuelven los tutús (y mucho), cosa que no se veía desde hace mucho tiempo en la Ópera de París.

De esta manera solamente encontramos en todo el programa una pieza más contemporánea del coreógrafo británico Wayne McGregor allá por el mes de julio. Para los amantes del ballet puro y duro y de las zapatillas de punta, los meses primaverales en París serán una delicia, ya que en los escenarios de la Opera Garnier y la Opera Bastille podremos disfrutar de El lago de los cisnes, Manon de Kenneth Macmillan, Paquita de Pierre Lacotte, La fille mal gardèe y por último Les enfants du Paradis del bailarín y coreógrafo español José Carlos Martínez.

Por otro lado, el Royal Ballet de Londres presentó el pasado 31 de marzo su programación, muy extensa y de lo más variada. Empezando con un clásico de MacMillan Manon, la temporada va desarrollándose entre programas mixtos como el dedicado al primer coreógrafo de la compañía Frederick Ashton, pasando por otros más contemporáneos donde encontramos una nueva pieza de Hofesh Shechter.

Pero el punto fuerte de esta temporada, además de los clásicos como Oneguin, El lago de los cisnes y La fille mal Gardèe, está en la reposición de Don Quijote de Carlos Acosta, Alicia en el país de las maravillas de Christopher Wheeldon y una nueva creación de Wayne McGregor. Lo más peculiar de esto último es que no se trata de un ballet de un solo acto, sino que en esta ocasión McGregor realizará su primer ballet de velada completa para el Royal, y estará dedicado a la exploración de la figura de Virgia Woolf. Algo que también nos parece muy curioso es el hecho de que las próximas navidades no habrá El cascanueces en el escenario de la Royal Opera House, sino que serán “Alice” y “Don Q” los que amenicen las fiestas al público londinense.

Al ver las programaciones de ambas compañías nos podemos creer que nos encontramos ante una guerra encubierta entre ambas compañías, ya que es muy significativo que coincidan en tantas producciones clásicas y en unas fechas muy cercanas. Además La Ópera de París traerá Song of the earth de John Neumeier en primavera, mientras que en esa misma época en Londres aparecerá también Song of the earth pero de Macmillan en dos programas mixtos diferentes.

Lo más relevante que se puede extraer de esta aparente batalla, es que ambas formaciones están luchando para mantener su estatus,y de esto el público nos vemos favorecidos ya que así organizan temporadas tan interesantes como la 2014/2015 que se nos presentan. Por útlimo voy a hacer una breve reseña de la programación anunciada en España para la próxima temporada. El teatro Real de Madrid nos ofrecerá la posibilidad de disfrutar del Ballet de Hamburgo en marzo de 2015 y de la Nederlands Dans Theatre en julio, de igual manera el Semperoper Ballet visitará el escenario del Liceu de Barcelona en febrero de 2015.

Aquí os dejo los links a las programaciones completas del Royal Ballet y la Ópera de París

http://www.roh.org.uk/news/an-overview-the-201415-season

http://www.operadeparis.fr/en/saison-2014-2015/ballet

Cómo la Segunda Guerra Mundial transformó el ballet británico

La BBC ha comenzado ya su temporada de ballet, tras los documentales presentados por Darcey Bussell, era el momento de ahondar en el origen y establecimiento del ballet en Inglaterra durante la Segunda Guerra Mundial. Esta vez, el presentador era David Bintley, director del Birmingham Royal Ballet. Fue la elección perfecta para el programa, ya que se encuentra en contacto directo con los personajes que aparecen en la historia, desde el momento en que Ninette De Valois tomó de la mano y enseñó un solo a Bintley cuando solo contaba con 17 años y aún estudiaba en el Royal Ballet School. De Valois, conocida por todos como La Señora, fue clave para la historia. Sus bailarines supervivientes, todos mirando en plena forma notablemente glamurosa para su edad, se acordaron de ella como cruel, exigente, aterrador, pero absolutamente admirable.

A lo largo del documental se muestran una gran cantidad de imágenes de archivo e inéditas como por ejemplo escenas nunca antes vistas del ensayo general de Symphonic Variations. Fueron absolutamente emocionante, una manifestación visible de que en 1946 el ballet británico había pasado de ser una actividad de nicho, a un tesoro nacional británico.

Septiembre de 1939, Gran Bretaña acaba de declarar la guerra a Alemania, pero el Royal Ballet tenía sus propias razones para temer lo peor. Aún en su infancia, la empresa, bajo la dirección de Ninette de Valois, había pasado ocho duros años para llevar a cabo la formación de un núcleo de bailarines creíbles y la construcción de un público. De repente, con la llamada a filas de los hombres, el futuro de estos artistas estaba en grave peligro.

Sin embargo, la guerra resultó ser no un desastre, sino una oportunidad extraordinaria para el ballet en Inglaterra. El Royal no se limitó a seguir bailando durante de los años de guerra, la compañía, que en ese momento aún se llamaba el Vic Wells Ballet, cuando el gobierno decidió que podía ser útil para mantener la moral.

Más tarde, durante la primavera de 1940, los bailarines vivieron su misión más peligrosa, con Gran Bretaña aún luchando contra Alemania en el corazón de Europa, el Vic Wells fue enviado de gira a los Países Bajos, Francia y Bélgica. Aún estando en La Haya y tras un enorme éxito entre el público holandés, los soldados alemanes tomaron la ciudad. En peligro extremo, la compañía quedó atrapada en su hotel durante tres días antes de que pudieran ser sacadas del país de manera clandestina, en la bodega de un barco de carga lleno de refugiados.

Había una escasez crónica de zapatillas de punta, mientras que una bailarina actual emplea dos o tres pares durante una función de larga duración, las mujeres tuvieron que utilizar un único par durante 18 funciones, sus pies sangrantes son testimonio de lo que sufrieron. Al ser una compañía tan pequeña, los bailarines tenían que bailar a pesar de las enfermedades y lesiones. A día de hoy ninguna bailarina aceptaría tener 9 funciones semanales con un salario de £ 4. Sin embargo, Beryl Grey, quien se unió a la compañía en el verano de 1941, se acuerda de la guerra como un tiempo “simplemente maravilloso”. Ella tenía sólo 14 años y, como la mayoría de los niños en tiempos de guerra, se vio obligado a crecer rápido. Aprendió a hacer frente a las caseras que le robaron su bolsa de agua caliente y sustituidos sus raciones de mantequilla con margarina barata.

Ella aprendió a bailar en los teatros donde la lluvia caía por el escenario, durmiendo en los trenes nocturnos, donde improvisó una cama en los compartimentos superiores para equipaje. “Yo solía subir y poner mi abrigo sobre los rieles de metal”. “Era mucho más cómodo que dormir en el equipaje, que los otros bailarines solían hacer”. Grey se acostumbró a bailar a durante los ataques aéreos “Nunca pensamos en parar, nosotros estábamos haciendo lo que nos gustaba, y si fuera había bombas, eso era lo que había”.

En 1944, durante una función de el Lago de los Cisnes, un V2 explotó encima, el ruido de la bomba se mezcló con el crescendo de los violines, “Seguí bailando”, declara Grey, “La única vez que puedo recordar una actuación que se cancelase fue cuando el teatro se incendió”.

Para el final de la guerra, cada actuación era un lleno absoluto, y muchos de ellos eran parte de las tropas. Los bailarines se convirtieron en mascotas nacionales. En 1945, este entusiasmo nacional siguió a los bailarines en su nuevo hogar en la Royal Opera House, en Covent Garden. A lo largo de la guerra, este teatro ha sido utilizado como un salón de baile. Había costado un gran esfuerzo para devolverle su esplendor. La compañía bautizó el teatro con la Bella Durmiente, era una nueva producción palaciega, de una escala y un esplendor nunca antes visto en Gran Bretaña.

A partir de este momento se establece una seria relación, que a día de hoy sigue, entre la compañía fundada por De Valois y la Royal Opera, convirtiéndose en la compañía residente y convirtiéndose en el Royal Ballet de Londres, cumpliéndose así los deseos y ansias de “La Señora”.

David Navarro, un español entre los ganadores del Prix de Lausanne

El pasado sábado 1 de febrero se celebró la final de la 42 edición del Prix de Lausanne. En esta ocasión participaron 69 bailarines, de los cuales solo 20 tuvieron la oportunidad de participar en la final del sábado y de entre ellos únicamente 6 tuvieron el honor de conseguir una de las becas de estudios.

Entre los ganadores se encuentra un español: David Navarro Yudes, que además de ganar la beca Oak Foundation recibió también el premio del público. David, formado en la escuela de su madre, Marisa Yudes, en Barcelona y posteriormente, gracias a la beca que ganó en el YAGP (Youth American Grand Prix), la escuela Princesse Grace de Montecarlo. Eligió la variación del paso a dos del Quijote como su variación clásica y el fragmento de “Desde Otelo” de Goyo Montero para la parte de contemporánea.

En una entrevista para el web de ballet francés Dansomanie, David se confiesa admirador de Ángel Corella, con quien tuvo el placer de trabajar en varias ocasiones, del que le gusta su danza energética y esa capacidad de conectar con el público. Además añadió que La compañía en la que le gustaría bailar es el American Ballet Theater, donde el mismo Ángel Corella triunfó. Si os interesa saber más de este joven bailarín, aquí os dejo una entrevista que Sylvia de balletómanos le hizo en el año 2012

Por ahora solo nos queda felicitar a los ganadores y ver cuales son las escuelas elegidas por los bailarines.

Yudes durante la actuación del pasado sábado

¡Ya ha empezado el Prix de Lausanne!

Como viene siendo habitual desde hace ya muchos años, a finales de enero se celebra el prestigioso Prix de Lausanne.  El Prix de Lausanne es una competición internacional de danza que se celebra anualmente en Lausanne. Se trata de una competición para jóvenes bailarines  que buscan seguir con una carrera profesional en el ballet clásico. Se ha de decir que  muchos ganadores de está competición fueron grandes estrellas del panorama internacional de la danza o lo están siendo, entre ellos podemos encontrar a Alessandra Ferri, Alina Cojocaru, Diana Vishneva o José Carlos Martínez.

El concurso está gestionado por una fundación sin ánimo de lucro y organizado por la Fundación en faveur de l’Art chorégraphique además de mantenerse gracias a la ayuda de varios patrocinadores y donantes. Los premios que se ofrecen a los candidatos son los siguientes:

  • Beca Prix ​​de Lausanne  – Consiste en una beca de matrícula gratuita de un año y la suma de CHF 16.000, en diez cuotas mensuales, para gastos de manutención durante el año  de estudios en alguna de las instituciones que están adscritas.
  • Beca aprendiz Prix ​​de Lausanne – consistirá en una beca de bailairín aprendiz de un año para los premiados más de 17 y la suma de CHF 16.000 en diez cuotas mensuales para gastos de manutención, en una de las siguientes compañías.
  • Premio de Danza Contemporánea – consiste, por supuesto en estudios dedanza contemporánea en una de las instituciones asociadas y cubre tanto los gastos de viaje y estancia.
  • Premio al Mejor Candidato suizo – consiste en un precio en efectivo de CHF 2500 otorgado al mejor finalista residente en Suiza y haber entrenado en Suiza durante al menos 3 años antes de la competición.

Además todos los finalistas obtienen plazas en cursos de verano de manera gratuita (gastos de viaje y alojamiento no incluidos) y reciben un diploma y una medalla. Los finalistas no ganadores de ningún premio reciben uno de consuelo de CHF 1000 en efectivo.

Se ha de decir que el Pirx es una gran oportunidad no solo por los premios materiales, ya que durante la semana del concurso reciben masterclasses de los más prestigiosos bailarines y coreógrafos a nivel mundial. Finalmente el sábado día 1 de febrero se celebrará la final de este concurso y podremos descubrir futuros talentos del mundo del ballet además de descubrir quienes son los afortunados ganadores de las becas.La final se podrá disfrutar gratuitamente online a través de la página web del Concurso.

Aquí os dejo el vídeo de la final del año pasado:

La danza: Fetiche de la publicidad

Ahora que llega la navidad, vuelven a aparecer multitud de anuncios felicitándonos las fiestas. Ahora bien, si nos fijamos en los últimos tiempos la danza se ha vuelto un tema recurrente para los anuncios de cualquier empresa.

Este año ha sido Baileys la que ha contado con los bailarines del Royal Ballet Thiago Soares y Steven MacRae además de Iana Salenko del Statsballet de Berlin, con un toque propio de Baz Lurhman nos cuentan la historia del Cascanueces con ratones incluídos.

Otros de los anuncios que han rondado nuestras casas en los últimos tiempos y en los que la danza ha hecho su aparición son:

Freixenet 2011, José Carlos Martínez y Sara Baras nos felicitan las fiestas

Air France (con el famoso beso de Le Parc)

Lexus IS300 Híbrido (con Tamara Rojo como protagonista)